¿Has pensado en reducir el consumo de alimentos de origen animal? El interés por llevar una alimentación más basada en plantas está creciendo en los últimos años. Los motivos por los cuales una persona puede querer realizar dicho cambio son muy variados: ética, filosofía, gusto, medio ambiente… Aunque podríamos entrar a hablar profundamente en si cada una de ellas es cierta o no, para mí la que está clara es que la reducción del consumo de alimentos de origen animal es clave para el medio ambiente, algo que cada vez más urge que cuidemos. Este pequeño gesto que puedes hacer en tu dieta significa mucho para la salud de nuestro planeta. ¿Te animas a intentarlo?
Si la respuesta es sí, hoy te voy a dar 3 consejos que considero esenciales para realizar este cambio:
1. Infórmate: conoce cuáles son los grupos de alimentos que te aportan distintos nutrientes, qué alternativas hay para sustituir algunos productos de origen animal por otros de origen vegetal, sus diferencias, cómo actuar ante ellas, cómo cocinar recetas deliciosas. Además, debes conocer las necesidades específicas de tomar ciertos suplementos, así como cuáles son los errores más comunes que debes evitar cometer para cuidar tu salud y mantener este cambio en el tiempo de manera adecuada y, por supuesto, ¡disfrutando de la comida! En resumen, mi consejo es que aprendas todo aquello que necesitas para hacer bien este cambio.
2. Objetivos: soy fan de establecer objetivos cuando quiero conseguir algo, ya sea un cambio de hábitos, un proyecto profesional, etcétera. Y también soy defensora absoluta de que esos objetivos deben estar planteados de manera correcta. En el caso de un cambio en tu alimentación, procura que los objetivos sean concretos y alcanzables, como algunos de los siguientes:
- “Voy a realizar X formación o pedir ayuda a X profesional para aprender lo que necesito (tip 1) para realizar este cambio.”
- “Voy a comenzar reduciendo el consumo de carne a X días a la semana.”
- “Voy a consumir alimentos de origen animal solo X días a la semana.”
- “Voy a buscar y anotar ideas de recetas con alimentos de origen vegetal para practicar e ir aprendiendo a utilizarlos”.
- “Voy a informarme de cómo planificar un menú semanal basado en plantas para poder realizar los míos los domingos.”
3. Las etiquetas no son necesarias: muchas personas no dan este paso porque consideran que denominarse “vegetariano” o “vegano” implica realizar un cambio demasiado brusco y difícil de mantener. Desde mi punto de vista, no es necesario ponerse esas etiquetas y ser tan estrictos con un patrón de alimentación si no es lo que queremos (si quieres hacerlo, ¡también es genial!). Te pongo mi ejemplo: yo hace ya mucho tiempo que sigo un patrón de alimentación vegetariano en casa: no compro ni consumo carne, pescado, marisco ni derivados en casa. No obstante, cuando salgo a comer fuera, ya sea en restaurantes o en casas de amigos y familiares, así como cuando estoy de viaje, soy flexible y como lo que me apetece. De esta manera he encontrado un equilibrio con el que me siento realmente a gusto a todos los niveles. Por ello, simplemente el hecho de hacer algunos cambios, dando pequeños pasos, siendo flexible y ajustando tus decisiones a tu estilo de vida y tus gustos, ya supone una gran cambio. Si es de esta manera como vas a lograr adherencia, manteniendo ese estilo de vida a largo plazo, ¡adelante!