Recientemente se ha publicado una revisión sistemática y metaanálisis sobre el posible impacto del ciclo menstrual en el rendimiento deportivo (1). Esta cuestión es una pregunta habitual entre mujeres deportistas y entrenadores. ¿Varía el rendimiento deportivo en función de la fase del ciclo menstrual en la que se encuentre una atleta?
Durante el ciclo menstrual se producen cambios en los niveles de distintas hormonas, como los estrógenos y progesterona, entre otras. Así, se pueden diferenciar fundamentalmente distintas fases (Figura 1) (2):
- La fase folicular, en la que la fase temprana se caracteriza por bajos niveles de estrógenos y progesterona
- La ovulación presenta altos niveles de estrógenos y bajos niveles de progesterona, con el pico de hormonas LH y FSH como característica.
- En la fase lútea, sobre todo hacia la mitad de la misma, existen niveles altos tanto de estrógenos como de progesterona.
A pesar de que estos cambios hormonales se relacionan y son esenciales para la reproducción, estas hormonas también tienen otros efectos en el organismo, de manera que el ciclo menstrual tiene repercusiones en múltiples sistemas fisiológicos, afectando a parámetros cardiovasculares, respiratorios, neuromusculares y metabólicos (1,3,4). Así, no es de extrañar que se plantee la cuestión de si los cambios hormonales producidos durante el ciclo menstrual puedan tener también efectos en el rendimiento deportivo. Se han realizado diversos estudios sobre este último aspecto, pero existen resultados contradictorios y existe un consenso científico claro al respecto.
En este reciente estudio, McNulty KL y colaboradores, analizaron el rendimiento deportivo en distintas fases del ciclo menstrual de varias mujeres con ciclo normal, incluyendo un total de 78 estudios (42% considerados de “baja calidad”) y 1193 participantes.
Lo que mostraron los resultados de este análisis es que el rendimiento deportivo podría reducirse (muy) levemente durante la fase folicular temprana en comparación con el resto de días del ciclo. Este efecto es muy pequeño, pero indica que en algunas mujeres, los niveles bajos de estrógenos y progesterona que ocurren en esta fase del ciclo podrían reducir ligeramente el rendimiento (Figura 2).
A pesar de ser este el resulto final de todos los análisis realizados, es importante recalcar que los resultados de los distintos estudios son muy variables, de manera que la conclusión sigue siendo difícil de establecer. Además, como se ha indicado, la diferencia encontrada es realmente pequeña, de manera que, de momento, no se pueden establecer conclusiones generales para todas las mujeres en relación con el ciclo menstrual y el rendimiento. Como en muchos otros aspectos, el efecto que los cambios hormonales durante el ciclo tienen sobre el rendimiento pueden ser muy variables entre mujeres, de manera que lo mejor será una individualización en función de las sensaciones específicas de cada atleta.
¿Cuáles podrían ser los mecanismos por los cuales niveles bajos de estrógenos y progesterona reducen el rendimiento? Pueden ser varios (Figura 2).
- Por un lado, los estrógenos tienen un efecto anabólico en el músculo esquelético (5,6) y de regulación del metabolismo, aumentando la absorción y ahorro de las reservas de glucógeno mientras se incrementa la utilización de grasas para obtener energía (1). Así, el ciclo menstrual puede tener un efecto en relación al combustible utilizado, siéndose más o menos dependiente de la oxidación de hidratos de carbono o grasas en función de la fase del ciclo menstrual.
- Los estrógenos también han mostrado poseer propiedades antiinflamatorias y estabilizadoras de membrana, por lo que podrían ofrecer protección frente al daño muscular inducido por ejercicio y reducir la respuesta inflamatoria (1), junto con la posibilidad de que tengan efectos neuroexcitatorios (4).
- Por su parte, la progesterona tiene efectos anti-estrogénicos, de manera que los efectos positivos que los estrógenos podrían tener en el rendimiento serían mayores en la fase folicular tardía y la fase ovulatoria, cuando los niveles de estrógenos son elevados junto con niveles bajos de progesterona, no existiendo entonces ese efecto de interferencia. Sería una situación diferente a la que existe durante la fase lútea cuando los niveles ambas hormonas son elevados(7). De esta manera es importante entender que en función de cómo se realicen las comparativas en los estudios, los resultados pueden ser variables.
- También se han reportado cambios en el apetito y la ingesta energética en algunas mujeres durante el ciclo menstrual. Precisamente, se ha observado (aunque en estudios de mujeres no deportistas) cómo la ingesta energética es superior durante las fases ovulatoria y lútea, en comparación con la fase folicular del ciclo, algo que estaría en consonancia con un menor rendimiento encontrado en esta última fase (8,9).
«Take home message»
En conclusión, este estudio muestra cómo el rendimiento podría reducirse muy ligeramente durante la fase folicular del ciclo menstrual, pero esta diferencia es muy pequeña y no indica que sea así en todas las mujeres deportistas. En algunas mujeres sí podrían ser relevantes, tanto por ser más notorios en ciertos casos como porque en algunas situaciones, aunque ese efecto sea muy bajo, podría marcar la diferencia en una competición, por ejemplo en deportistas de élite. Tampoco se debe olvidar el efecto que puede tener el factor psicológico y las ideas que una atleta pueda tener en relación con los factores que pueden afectar a su rendimiento (el efecto placebo también funciona en sentido contrario).
El mensaje que se puede extraer de estas conclusiones es que no está de más realizar un seguimiento y considerar el ciclo menstrual, siendo conscientes de en qué momentos los cambios hormonales podrían estar influenciando negativamente el rendimiento y teniendo claro que cada mujer puede experimentar sensaciones diferentes.
BIBLIOGRAFÍA
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