La ovulación es la liberación de un óvulo desde el ovario y tiene lugar una vez en cada ciclo menstrual. Aproximadamente en la mitad del ciclo, al final de la fase folicular, los niveles de estrógenos y de LH aumentan y se produce la ovulación.
En realidad, la ovulación es el evento más importante del ciclo menstrual (y no la menstruación como solemos considerar), pues es esencial para considerar un ciclo menstrual saludable y regular los niveles de estrógenos y progesterona, hormonas con muchas funciones: reproducción, salud ósea, cardiovascular, metabolismo, estado de ánimo, síndrome premenstrual, rendimiento, lesiones…
¿Cómo podemos saber si estamos ovulando?
A diferencia de la menstruación, que resulta algo evidente, saber si se produce la ovulación puede ser más complicado, pero podemos valorar ciertos indicadores:
- Variaciones en el moco cervical: el fluido cervical se produce en las criptas del cérvix y su cantidad y consistencia cambia en función de los niveles de hormonas sexuales. Cerca de la ovulación se produce un tipo de moco muy característico: abundante, transparente y elástico (si se pone entre los dedos se estira varios centímetros sin romperse). Adquiere una apariencia similar a la clara de huevo cruda. En estos días solemos sentir que la vagina está húmeda y resbaladiza. Este tipo de moco es un indicador de que ha dado comienzo la fase fértil. Aunque no confirma del todo la ovulación, normalmente suele darse durante esos días.
- Temperatura basal: El aumento de los niveles de progesterona que se produce tras la ovulación da lugar a un ligero aumento de la temperatura basal (entre 0,3-0,5ºC). Esto puede registrarse con un termómetro y si observamos ese aumento en la gráfica (que debe mantenerse durante la fase folicular), podemos predecir qué día habíamos ovulado 2-3 días antes de la misma. La temperatura basal debe medirse a primera hora del día, antes de hacer nada, con un termómetro digital (que tenga decimales) en la boca o vagina; siempre en las mismas condiciones.
- Test de ovulación: existen tiras de medición de LH en orina que podemos hacer en nuestras casas y nos pueden ayudar a determinar las variaciones de esta hormona y si nos encontramos en los días en que sus niveles son más elevados (alrededor de la ovulación). No obstante, puede haber casos en los que un resultado que indique pico de LH no determine un ciclo ovulatorio, por ejemplo en mujeres con SOP.
También hay otros síntomas:
- Posición del cérvix: la posición del cérvix también cambia durante los días de ovulación, aunque es algo más difícil de interpretar, ya que no nos han enseñado.
- Molestia ovulatoria o mittelschmerz: algunas mujeres notan una molestia durante la ovulación, normalmente en uno de los dos lados del abdomen (unilateral). No todas las mujeres lo sienten. Este pequeño dolor no confirma la ovulación, pero es algo más que podemos anotar junto con el resto de parámetros a registrar. En conjunto, puede ayudarnos a identificarla.
- Manchado ovulatorio: algunas mujeres pueden tener un ligero manchado durante la ovulación, que puede ser rosa o color más marrón. Es algo pequeño y suele ir acompañado del flujo menstrual característico de estos días que hemos explicado. Ojo, porque otro tipo de sangrados intermenstruales deben siempre consultarse con un profesional sanitario.
- Síntomas físicos: durante la ovulación también podemos notar cierta retención de líquido (aumentando el peso corporal) o tensión en los pechos.
¿Qué puede afectar a la ovulación?
La ovulación es un evento sensible, y son varios los factores que pueden influenciar a la ovulación: estrés, nutrición, ejercicio, descanso, ciertos medicamentos o padecer SOP, así como problemas de tiroides.
En relación con el ejercicio, algunos estudios han intentado investigar su efecto en la ovulación y parece que tiene una forma de U. Así, las mujeres sedentarias y aquellas que practican mucho ejercicio parecen tener más problemas de anovulación e infertilidad. Pero, si analizamos los estudios, lo que en realidad se asocia con presentar ciclos anovulatorios, oligomenorrea y amenorrea es una deficiencia energética crónica. Realizar mucho ejercicio aumenta las necesidades energéticas y de ciertos nutrientes y si no se cubren, se producen alteraciones en distintas hormonas necesarias para que se produzca la ovulación y el ciclo menstrual.
Por tanto, una mujer deportista que sufra alteraciones en su ciclo menstrual (anovulación, oligomenorrea, amenorrea), tendrá que revisar su dieta con un profesional, pues las consecuencias para la salud van más allá y no solo es importante si se quiere planificar un embarazo.