A lo largo de cada ciclo menstrual, en el organismo de las mujeres se producen variaciones en los niveles de varias hormonas, lo que da lugar a diversos cambios estructurales, funcionales y fisiológicos. Por otro lado, sabemos que algunas lesiones son más prevalentes en mujeres, como la del ligamento cruzado anterior (LCA), las fracturas por estrés, la periostitis tibial, la condromalacia rotuliana y otras.
El sufrir una lesión es algo multifactorial y están involucrados distintos factores ambientales, anatómicos, biomecánicos y hormonales que, cuando se combinan, pueden dan lugar a esa dolencia.
Algunos factores ambientales, biomecánicos y anatómicos se conocen, como el tipo de calzado, el deporte practicado, diferencias morfológicas entre hombres y mujeres (p.e. mayor prevalencia de sobrecarga en los ligamentos de la rodilla en estas, debido a un ángulo Q más pronunciado), pero todavía no se conoce bien la influencia de los factores hormonales.
Este año, Martínez-Fortuny N y colaboradores publicaron una revisión sistemática cuyo objetivo fue analizar la relación entre el ciclo menstrual y las lesiones.
¿Cuáles fueron los resultados?
La mayoría de estudios muestran que la fase del ciclo menstrual en la que se es más susceptible a sufrir una lesión es la fase ovulatoria, siendo muy estudiado el caso de la lesión de LCA. Y, ¿qué ocurre durante la ovulación que pueda explicar este hallazgo?
- Durante esta fase del ciclo menstrual, los estrógenos adquieren sus niveles más elevados y, aunque esto proporciona protección frente al daño muscular (podemos recuperar mejor), tiene también otros efectos
- Junto con ese pico de estrógenos, se produce la hormona relaxina.
Como consecuencia de todo ello, ocurre lo siguiente:
- Los ligamentos acumulan más cantidad de líquido y reducen su tensión.
- La relaxina hace que se produzca una menor síntesis y secreción de colágeno.
- Así, en este momento del ciclo menstrual aumenta la laxitud ligamentosa de la rodilla y esto hace que sea mucho más fácil sufrir una lesión del LCA.
- Esto también ocurre en los tobillos, de manera que los esguinces también son más comunes en estos días del ciclo menstrual.
Por otro lado, a lo largo del ciclo menstrual también se producen variaciones en la fuerza, propiocepción y control neuromuscular:
- Aumento de la fuerza en la fase ovulatoria, como resultado de la acción de los estrógenos
- El control neuromuscular parece menor en las fases folicular y ovulatoria
- La propiocepción podría ser menor en la fase lútea (no existen apenas estudios)
Conclusiones:
Las variaciones hormonales durante el ciclo menstrual cumplen un papel en el riesgo de lesión, siendo este más alto especialmente durante la ovulación, debido a cambios en la laxitud de los tejidos, el control neuromuscular y la fuerza.
Existe muy poca investigación en este campo (¡qué sorpresa!) y son necesarios más estudios para sacar conclusiones sólidas y poder prevenir en mayor medida las lesiones en mujeres deportistas, siempre teniendo en cuenta que otros factores también están involucrados.