¿Influye la fase del ciclo menstrual en la inmunidad?
Durante el ciclo menstrual, reproducción e inmunidad deben estar estrechamente reguladas, algo que se consigue en parte por acción de los estrógenos y la progesterona. Estas hormonas cuentan con receptores en las células del sistema inmunitario, de manera que es fácil pensar que durante el ciclo menstrual, los cambios producidos en sus niveles pueden tener también un efecto en la inmunidad.
Además, el ciclo menstrual se caracteriza por contar con procesos tanto pro- como antiinflamatorios que tienen que estar perfectamente regulados. Las fases del ciclo menstrual que se asocian con una mayor inflamación son la menstruación y la ovulación, mientras que en la fase lútea media, los niveles más altos de progesterona dan lugar a un entorno más antiinflamatorio.
Durante la primera fase del ciclo (fase folicular), la inflamación se podría relacionar con un empeoramiento de la sintomatología de algunas enfermedades inflamatorias, pero podemos tener una mejor protección frente a infecciones.
En la segunda fase del ciclo menstrual, la progesterona comienza a aumentar sus niveles y ello podría disminuir la respuesta inmunitaria, lo que hará que seamos más susceptibles a infecciones durante la fase lútea media, pero también puede reducir los síntomas de otras afecciones como alergias o enfermedades que cursan con inflamación. Esta sintomatología podría empeorar de nuevo durante la fase premenstrual.
Existen pocos estudios sobre ello y puede haber muchas variaciones, pero es probable que, igual que otros muchos aspectos de la salud de la mujer, la inmunidad también tenga una naturaleza cíclica. Así, el ciclo menstrual puede también modular la susceptibilidad a ciertas infecciones o enfermedades, el desarrollo o la sintomatología de las mismas, así como otras muchas cuestiones que quedan por saber.
A pesar de que supone un campo de estudio muy interesante, estas pequeñas variaciones a lo largo del ciclo menstrual, no cambiarían las acciones que debemos llevar a cabo todos los días para asegurarnos un buen estado del sistema inmunitario: dieta saludable, deporte, descanso y manejo del estrés.