El hierro es un mineral con un papel clave en el organismo participando en numerosas funciones, como son los procesos de transporte y utilización de oxígeno (formando parte de la hemoglobina, mioglobina y citocromos), metabolismo energético y actuando como cofactor de enzimas importantes para la función inmunitaria. Una gran proporción del hierro presente en el organismo se encuentra almacenado junto con una proteína denominada ferritina y cuyos niveles en sangre se utilizan como indicador del estado de los depósitos de hierro. Estos almacenes suelen ser superiores en hombres (unos 1000mg) que en mujeres (300-500mg), sobre todo en mujeres jóvenes (< 200mg). En niños y adolescentes son prácticamente inapreciables [1].
Por esto, es necesario aportar suficiente hierro a través de la dieta para evitar su deficiencia. La depleción de hierro ocurre de manera progresiva, pasando por distintos estados. Existen distintos nombres para las fases y la figura 1 recoge propuesta de Peeling (2007) para población deportista [2]. La misma figura representa, además, algunos síntomas de deficiencia de este mineral, como son la fatiga, estado de ánimo negativo, menor capacidad de concentración y trabajo, peor capacidad para entrenar correctamente y un menor rendimiento deportivo.
La deficiencia de hierro es muy común en la población, y se han reportado prevalencias elevadas en deportistas, especialmente en mujeres. Las mujeres deportistas suelen tener una incidencia de deficiencia de hierro mayor, potencialmente como resultado de las pérdidas menstruales. Sin embargo, la baja ingesta energética, seguir una dieta basada en plantas y el ejercicio de resistencia (como he comentado), se proponen como potenciales factores que impactan en el estatus de hierro. Así, situaciones donde conviene realizar un mayor énfasis en el hierro dentro de la nutrición de deportistas son las siguientes [1, 3]:
- Atletas con historia previa de deficiencia de hierro y/o anemia
- Atletas veganos y vegetarianos
- Durante periodos de entrenamiento en altura
Realizar un seguimiento rutinario del estatus de hierro mediante protocolos estandarizados es importante en personas deportistas y la frecuencia adecuada dependerá de cada persona [1]. Para prevenir la deficiencia de este mineral, conviene realizar una educación nutricional adecuada para asegurar la correcta ingesta. Pero cuando ya exista un bajo nivel de hierro o de sus depósitos, se valorará en cada caso el tratamiento adecuado, siempre de mano de un profesional sanitario que paute los suplementos en caso de necesidad o, en algunos casos, otras aproximaciones como la inyección intramuscular o intravenosa, dependiendo de la gravedad. Es importante no tomar suplementos de hierro sin consejo sanitario, pues un exceso de este mineral es peligrosos para la salud [4].
BIBLIOGRAFÍA
- Sim M, Garvican-Lewis LA, Cox GR et al. Iron considerations for the athlete: a narrative review. Eur. J. Appl. Physiol. 2019; 119(7):1463–1478.
- Peeling P, Blee T, Goodman C et al. Effect of iron injections on aerobic-exercise performance of iron-depleted female athletes. Int. J. Sport Nutr. Exerc. Metab. 2007; 17(3):221–231.
- Burke LM, Castell LM, Casa DJ et al. International association of athletics federations consensus statement 2019: Nutrition for athletics. Int. J. Sport Nutr. Exerc. Metab. 2019; 29(2):73–84.
- Burke LM, Castell LM, Casa DJ et al. International Association of Athletics Federations Consensus Statement 2019: Nutrition for Athletics. Int. J. Sport Nutr. Exerc. Metab. 2019; 29(2, SI):73–84.