¿Es tu ciclo menstrual saludable?

Varias características nos indican si un ciclo menstrual es saludable, como las que se reflejan en la imagen. Muchas veces pensamos que simplemente por tener ciclos regulares, no debemos preocuparnos más y muchas veces se normalizan síntomas que no deberían considerarse normales, o bien no se tienen en cuenta cuestiones como si se están o no teniendo ciclos ovulatorios. Así, en este artículo quiero dejar una especie de  check list para que las mujeres puedan valorar si cumple o no todas las características de un ciclo menstrual saludable:

Duración: lo de que un ciclo es regular solo si tiene una duración de 28 días es un mito que tenemos en la cabeza desde que, en el colegio, no explicaron (muy, muy. brevemente) el ciclo menstrual, con esa imagen de los 28 días, con ovulación en el día 14. En realidad, un ciclo menstrual se considera saludable cuando su duración es de entre 21 y 35 días (a veces se habla de hasta 40 días y un mínimo de 25). Ahora bien, ciclos más largos o más cortos deben revisarse, pues esto puede indicar problemas relacionados con la ovulación, por ejemplo.

Ovulación: aunque la menstruación (ese sangrado) sea el evento más visual del ciclo menstrual (no deja lugar a dudas de que ha ocurrido), en realidad lo más importante, el evento central del ciclo, es la ovulación. Tener un ciclo ovulatorio y que esta sea de buena calidad es esencial para un correcto equilibrio hormonal y, por tanto, una buena salud. Existen distintas maneras de detectar si se ha producido o no la ovulación, como las variaciones en el moco cervical, los cambios en la temperatura basal y en la posición del cérvix, así como el uso de test de ovulación y cierta sintomatología relacionada con este evento tan importante.

Sangrado: tanto la duración, como la cantidad y la apariencia de la menstruación nos aportan una información importantísima sobre lo saludable que ha sido un ciclo menstrual o si existen determinados problemas que deben revisarse. Se considera normal un sangrado con una duración inferior a 7 días y con un volumen menor de 80mL por ciclo. Sangrados más largos y abundantes pueden estar detrás de ciclos anovulatorios u otros desajustes, además de dar lugar a anemias por las altas pérdidas de sangre. Además, debemos también fijarnos en la apariencia, pues una menstruación que contenga coágulos, que normalmente suele ser abundante y va también acompañada de dolor, es un indicativo de que algo no va bien y, como siempre, se debe consultar con un profesional.

Ausencia de dolor: sentir ciertas molestias o un ligero dolor durante los primeros días de menstruación, así como durante la ovulación, es algo común y normal, siempre y cuando nos permita continuar con nuestra vida normal. Sin embargo, en ningún caso debe considerarse normal un dolor incapacitante, que impida seguir con el día a día, que obligue a consumir muchos medicamentos para calmar el dolor y que, en resumidas cuentas, obligue a la mujer a parar toda actividad.

Sin síndrome premenstrual: durante la fase lútea, en la segunda mitad del ciclo menstrual, es normal sentir determinados síntomas como mayor retención de líquidos, mayor dificultad para dormir, mayor apetito y otros. No obstante, igual que ocurrí con las molestias en comparación con un dolor incapacitante durante la menstruación, un síndrome premenstrual con síntomas muy acentuados que reduce considerablemente el bienestar y calidad de vida no debe considerarse normal y puede indicar un desajuste hormonal.

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Marta Castroviejo

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